viernes, 22 de octubre de 2010

SANTIAGO ARNES, SE RETIRA



Santiago Arnés (9-11-1970) cuelga las zapatillas y la bicicleta. El
duatleta de Puertollano se retira con un palmarés envidiable, cansado
de lo que él entiende que es una persecución hacia su persona por parte
de las autoridades deportivas.
El capítulo que para él ha sido la gota que ha colmado el vaso ha sido un positivo por testosterona por el que se encuentra sancionado dos años. «Tengo 40 años y ya no aguanto
más persecuciones», reitera. La clave de todo el asunto es que en 2004, y tras dar también positivo por testosterona, decidió hacerse un seguimiento por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD) por el que quedó demostrado que él segrega esa testosterona de forma endógena. Es decir, que sus altos niveles en esta hormona no se deben a factores
externos.
«Estuve tres días en Sonseca y otros tres en Madrid
sometiéndome a todo tipo de análisis», recuerda, y el propio CSD
certificó que producía la testosterona de forma endógena», recuerda,
motivo por el cual entonces no fue sancionado. Este seguimiento tuvo un
coste de 1.080 euros, a los que hay que sumar gastos de desplazamiento
y de estancia.
Con estos certificados en la mano pasó los demás
controles sin mayores contratiempos, «pero el problema vino cuando me
enteré de que podía reclamar que me devolvieran ese dinero. Lo hice,
nunca me lo devolvieron y, además, desde entonces se inició contra mí
una persecución que ha acabado en esto».
Dichos certificados tenían
que renovarse cada tres años para seguir teniendo validez, pero Arnés,
por su alto coste económico, nunca más realizó este trámite. De ahí que
esas pruebas médicas ya no tengan validez para las autoridades
deportivas competentes y que haya sido declarado como positivo en un
control.
Arnés, que asegura además que han existido bastantes
defectos de forma y en los plazos de esta sanción, recurrió primero a
la Federación Española de Triatlón y después al Comité Español de
Disciplina Deportiva, que fallaron en su contra.
Descartado
volverse a hacer este seguimiento médico por parte del CSD, únicamente
le queda apelar a la justicia ordinaria, pero el puertollanero ya ha
arrojado la toalla. «No voy a correr más. No tiene sentido. Cuando
acabe mi sanción volverían otra vez a por mí. No me merece la pena». Ni
siquiera le motiva el hecho de que su carrera pueda estar ahora
‘manchada’ por la sombra del dopaje. «Sé lo que va a decir mucha gente.
Pero me da igual. He recibido críticas de gente que ni ha ganado
carreras ni ha pasado controles. Yo no he ganado dinero con este
deporte. He ganado pruebas de la Copa de España cuyo premio no me ha
servido ni para cubrir los gastos de desplazamiento», añade.
«He
sido el único deportista al que han hecho controles por sorpresa en su
propia casa. Desde 2004, todos los controles que me han hecho dan
niveles de testosterona superiores a lo permitido, muy parecidos a los
que me hizo el CSD en 2004 en su seguimiento. Pues bien, ahora eso les
ha dado igual. Les dolió en su día que les reclamase ese dinero y han
ido a por mí», recalca.
En 2000, cuando competía en bicicleta de
montaña, ya dio positivo por testosterona, por lo que fue sancionado
dos años. «Entonces me pasé al duatlón porque en esta disciplina sí me
dejaban competir. Cuando en 2004 volví a dar positivo, yo tenía claro
que nunca había tomado nada y por eso me hice esas pruebas que
demostraron que producía la testosterona de forma endógena».
Entonces,
se le hizo justicia. Ahora, seis años más tarde, ya se ha cansado de
luchar. «Ya competía poco, pero dejarlo así me duele », afirma Santiago
Arnés, con el convencimiento de que es otra víctima de la política
antidopaje y de que todos sus éxitos se debieron al esfuerzo,
constancia y sacrificio en los entrenamientos.

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